Aunque el empleo mejora, el paro sigue creciendo

Last Updated: agosto 30, 2010By

 

Con los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al segundo trimestre de 2010, el empleo creció en términos intertrimestrales en 82.700 personas, lo que, salvo la excepción del ligero avance que se produjo en el segundo trimestre de 2008, es el primer aumento intertrimestral desde que se inició la crisis en el mercado de trabajo en el cuarto trimestre de 2007. Ahora bien, este aumento del empleo es en su totalidad de carácter estacional como consecuencia de los efectos positivos en esa magnitud del comienzo de la actividad turística veraniega. Así, si se desestacionaliza la serie original, el empleo, en vez de crecer, disminuye en el segundo trimestre en 48.800 personas, el -0,3% en tasa intertrimestral no anualizada, que, pese a ser negativa, supone el menor descenso en términos desestacionalizados desde el segundo trimestre de 2008.

Por su parte, la población activa también creció en el segundo trimestre de 2010, en este caso en 115.500 personas, lo que significa repetir la variación positiva del trimestre precedente, después de tres trimestres, desde el segundo al cuarto trimestre de 2009, de variaciones negativas. Parte de este aumento tiene carácter estacional, por lo que desestacionalizando las cifras de población activa, aunque se reduce, se mantiene el aumento en 69.100 personas, el 0,3% en tasa no anualizada, la más elevada desde el primer trimestre de 2009.

Éste, el del aumento intertrimestral de la población activa, tanto en cifras originales como desestacionalizadas, es un dato a destacar, ya que, después del mantenimiento de elevados crecimientos de la población activa a lo largo de 2008, a pesar de los fuertes descensos del empleo que se producían en ese período, disminuía a lo largo de 2009, por lo que parecía que volvía a retomar su comportamiento procíclico tradicional, al variar en el mismo sentido que la población ocupada. Esta evolución ha sido poco duradera porque la población activa ha vuelto a crecer, pese al deterioro del empleo, en los dos primeros trimestres de 2010, con más intensidad en el segundo que en el primero. Como consecuencia de esta evolución positiva de la población activa, la tasa de actividad (porcentaje de la población activa respecto de la población de 16 y más años), que, desde el segundo trimestre de 2009, se estabilizaba o disminuía, vuelve a elevarse en el segundo trimestre de 2010, hasta situarse en el 60,1%, tres décimas más que en el trimestre previo e igual que en un año antes.

Al no ser suficiente el aumento del empleo para absorber el crecimiento de la población activa, el paro aumentó en el segundo trimestre de 2010 en 32.800 personas, continuando la evolución negativa de esta magnitud y superando la cifra de cuatro millones seiscientos mil (4.645.500). En términos desestacionalizados, el aumento del paro es aún mayor, casi ciento veinte mil parados más (+117.900), el 2,6% en tasa de variación intertrimestral, tasa que, aunque menor que en los trimestres precedentes, significa que se mantiene a niveles elevados la evolución negativa del paro. Además, esta evolución negativa puede ser difícil de superar en el futuro si, aunque el empleo evolucione más positivamente que hasta ahora, persiste el aumento de la población activa.

En esta situación, la tasa de paro continúa aumentado, hasta alcanzar el 20,1%, sólo una décima más que en el trimestre anterior, pero 2,2 puntos más que un año antes y 12,1 puntos más que en el tercer trimestre de 2007 cuando todavía no se habían detectado los efectos negativos de la crisis en el mercado de trabajo. Con los datos desestacionalizados, el aumento de la tasa de paro respecto del trimestre anterior es de cinco décimas porcentuales, muy superior al correspondiente a la serie original (una décima), lo que es reflejo de que el mercado de trabajo todavía mantiene una situación difícil y muy desfavorable.

Si se consideran las variaciones relativas interanuales (en relación con el mismo trimestre del año anterior), el empleo desciende el 2,5%, la población activa crece el 0,2% y el paro aumenta el 12,3%. Estas tasas de variación interanuales suponen una mejora respecto del trimestre anterior del empleo y el paro: en el primer caso, el del empleo, en el que la tasa de variación interanual más negativa se había alcanzado en el tercer trimestre de 2009, con el -7,3%, la mejora es de 1,1 puntos porcentuales y en el segundo caso, el del paro, cuya tasa máxima de aumento del paro se había alcanzado, con el 84,5% en el primer trimestre de 2009, la mejora asciende a 2,7 puntos. Por su parte, la tasa de variación interanual de la población activa, que había sido negativa en los dos trimestres anteriores, vuelve a ser positiva en el segundo trimestre de 2010, al aumentar respecto del primer trimestre en seis décimas porcentuales.

Si se considera el conjunto del período de crisis del mercado de trabajo, que se puede estimar que se inicia con el descenso del empleo que se produce en el cuarto trimestre de 2007, la población ocupada desciende en más de dos millones de personas (-2.033.700), prácticamente el 10% en términos relativos (9,9%). Además, como la población activa creció en ese período en más de ochocientas mil personas (819.800), el 3,7%, la población parada se incrementó en casi dos millones novecientas mil personas (2.853.600), el 159,2% de aumento relativo, lo que significa que el paro del segundo trimestre de 2010 era 2,6 veces el del tercero de 2007.

En términos relativos y en el conjunto de ese período, tercer trimestre de 2007-segundo trimestre de 2010, la pérdida del empleo, la variable más significativa para el análisis del mercado de trabajo, es muy superior en los hombres (-14,5%) que en las mujeres (-3,2%), no muy diferente en los extranjeros (-10,4%) que en los nativos (-9,8%) y más intensa en los no asalariados (-14,5%) que en los asalariados (-8,9%). Dentro de los asalariados, en el conjunto de período de crisis, contrasta el descenso del empleo en los temporales (-1.566.500 ocupados menos), el -20,1%, con el ligero aumento del empleo de los indefinidos (60.100 más), el 0,5%, aunque en los últimos trimestres el descenso del empleo de éstos se acerca al de los temporales. Como consecuencia del mayor retroceso del empleo temporal, la tasa de temporalidad (porcentaje de asalariados con contrato temporal), que ascendía al 31,9% en el tercer trimestre de 2007, se reduce hasta el 24,4% en el primer trimestre de 2010, la más baja desde el cuarto trimestre de 1988, aunque en el segundo trimestre de 2010 por razones de carácter estacional aumentó en cinco décimas, hasta situarse en el 24,9%.

Por sectores, la mayor reducción del empleo se produce en la construcción, al concentrarse en este sector el 52,8% del descenso total del empleo a lo largo del período de crisis y suponer casi el 40% (-38,7%) del empleo del sector al inicio de la crisis. A la construcción, por importancia del descenso del empleo, le sigue la industria, con el -19%, y absorbiendo el 30,1% del total de la disminución del empleo en el período de crisis. Los dos sectores, construcción e industria, concentran más del 90% (el 92,9%) del descenso total del empleo en el conjunto del período considerado, mientras que la disminución del empleo de los servicios, el -2,2%, representa casi el 15% (14,8%) del descenso total del empleo.

A pesar del mayor aumento de la población activa femenina que de la masculina, y como consecuencia de la evolución menos negativa del empleo de la mujeres que la de los hombres, el crecimiento del paro desde el inicio de la crisis es muy superior en los hombres que en las mujeres, al multiplicarse por 3,2 veces la cifra de los primeros entre el final y el inicio del período y por 2,1 veces la de las segundas. Por nacionalidades, el aumento del paro en el período, tanto por el mayor descenso del empleo como por el mayor incremento de la población activa, es más elevado en los extranjeros que en los nacionales, al multiplicarse los primeros en el conjunto de período por 2,9 veces y los segundos por 2,5 veces. Y, por último, destaca el incremento del paro de larga duración (parados que llevan buscando empleo, al menos, un año), que pasan de representar el 21,6% del paro total en el tercer trimestre de 2007 al 42,4% en el segundo de 2010.

 

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